09 junio 2007


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En el Lago de Ginebra.

Vevey... totalmente u-la-la!. Sábado a las diez de la mañana, Kristaps y yo a-tren-izamos en Vevey, pueblillo a la orilla del lago de Ginebra. Tiramos mochila en el hotel y decidimos salir a caminar por el lago que nos rodea.

‘Lago Leman’ anuncia un cartel frente al lago que vemos desde el hotel.

‘Un momentito! Según yo estamos frente al Lago de Ginebra, no Leman’

‘Oui, oui, Monseiur’ me explica el conserje. ‘El lago se llama Geneve en Ginebra, o Geneva en Ingles, pero se llama Leman en la parte francesa, y también Lac d’Ouchy…depende donde Monseiur esté parado o cual mapa esté Monsieur consultando!’

‘Pero…es el mismo lago?’ pregunto-le al valor.

‘Oui Monseiur’

La Rivera Suiza, que queda en la parte francesa totalmente U-la-LA!
Vevey muy artístico. En el paseo del lago estatuas por todos lados. Una estatua homenaje a Chaplin –cubierta de ofrendas florales; una obra ‘el cubismo moderno’ –indescifrable; un busto de algún valor -homenaje de la embajada rumana; un tenedor gigante –4mts de alto?- clavado en el agua refleja los rayos del sol. Cisnes se refrescan nadando con una pata estirada para atrás.

En el centro de la plaza del mercado, todo súper detallado, imágenes salidas del mecanismo de un reloj: un tiovivo barroco, un hotel rococó, y una manada de niños. Los delfines, gatos y otros objetos inflables flotan en el agua alrededor de estatuas escala 1:1 de amazonas desnudas que cabalgan paradas sobre caballos marinos. La gente pesca y los cisnes continúan su invasión. ‘El desembarco de los cisnes en Vevey’. Cruzamos un canal que trae el agua del deshielo del glaciar. Nos envuelve una nube de marihuana. Y las confisserie, patisserie, boulangerie, crecen y se reproducen a tu alrededor:)



Rocher-de-Naye: Las pulgas de la nieve. El plan del domingo es subir a la cumbre de los alpes. La precisión Suiza impagable:

‘Los buses para ir a tomar el tren viene a cada rato?’ Pregunto en recepción en mi Francés entrecortado.

‘No, no, monsieur... y los domingos cest peorrr. Hay que esperar hasta 15 minuts’

‘Pero Montreux está ahí nomás...’ argumento.

‘No, no, monsieur... Montreux NO está ahí nomás, está a 16 minuts’

Llegamos de pedo al tren, jadeantes y lengua afuera. Nuestro mini mapita de bolsillo incluye tanto Montreux, como los picos nevados. El resto de los pasajeros re-equipados: botas de alpinismos, atuendos para la nieve, brújulas con GPS… (oh-oh!)

Subimos la montaña en zigzag. El tren escala encaramado a unas cornisas demasiado angostas para mi gusto. Negocia túneles dentro de la roca para cambiar de dirección. Cada vez que salimos del otro lado de un túnel, el lago, que lo tenias a la derecha, ahora lo tenés a la izquierda. A los pocos giros vas súper desorientado. Nos rodea la floresta exuberante, lujosamente clorofílica.

Una catarata de verde se te derrama encima y te inunda los poros, los ojos, la boca. Abajo el lago se achica... o se agranda y es Montreux lo que se te achica?

Vieron esos trencitos de juguete en las jugueterías... Tipo... FAO Schawrz de New York, Hamley en London y Miramar en Asunción?... I GUA LI TO... esto es como viajar en un tren en miniatura... la diferencia es que el tren te lleva hasta 2042m de altura, a Rocher-de-Naye. En el camino las casitas Suizas lo típico de un envoltorio de chocolate Milka... techos alpinos y toda clase de cuernos de distintos animales clavados en las puertas de las cabañas. Las banderas suizas, tipo cruz roja invertida, ondean al viento...muy nacionalistas estos suizos -típico de la gente con banderas rojas... o no? Lo mismo en Turkía, los fans de Ferrari o con el partido colo’o de Paraguay. El que tiene bandera roja le gusta lucirla!!

Arriba, en Rocher-de-Naye hay nieve! (es verano dizque) Es un páramo donde se pasea la fauna propia de la tundra: cabras, vacas, marmotas y alces te esperan ansiosos para sacarse fotos contigo.

A GO TA DOS por los esfuerzo de la subida...Nos echamos una siesta. Sueño que arañas con alas, revolotean a mi alrededor en un campo lleno de flores blancas, amarillas, salmón, lila, azules. Las marmotas bailan, la música de las cabras be-beee, y los ding-dong de las campanas en el cuello de las vacas. los ciervos, los pajaritos, todos cantan.

‘El tren está por partir...’ Nos despierta una mujer idéntica a la institutriz de Heidi De nuevo a la carrera para alcanzar el tren.

El descenso desde las alturas, igual que a la subida, sólo una paradas oficial, Caux, en el resto la gente le hace stop al tren. Ya bajando la montaña me pica todo el cuerpo? serán pulgas alpinas?!

Chateau de Chillón, sobre una roca en la costa del lago. Luego de rápido refrigerio en Montreux, donde para horror de los demás comensales, nunca dejé de rascarme, partimos a paso redoblado a Chateau de Chillón. Casa de los Condes de Saboya en el siglo doce, cuando el mismo lago se llamaba Lausana –otro nombre!- y los Dragonets revoloteaban alrededor de su torre, Chillón es un verdadero castillo medieval súper-mega-wow. Los cisnes siguen flotando con gracia en el lago, una pata extendida al sol, y los patos se rascan las plumas con el pico - Ahá... pulgas de pato.. eso tengo!

Lord Byron escribió ‘El prisionero de Chillón’ inspirado en sus mazmorras góticas y en no se quien fraile que aquí paso las de Caín. De paso dejó tallado su nombre en una de las columnas –Lord Byron, no el monje- totalmente salvaje el pobre, lo mismo hizo en Grecia en el templo de Poseidón.
No dice en ningún lado, pero no sería de extrañar que Mary Shelley se inspirara en Chillón para escribir Frankesntein- Mary y Percy Shelley y Lord Byron pasaban vacaciones en el lago y escribían historias de fantasmas… hu-hu-huuuuuuu!

Chillón, IM PRE SIO NAN TE… las paredes cubiertas de tapices con escudos de armas insólitos, gallos y osos pintados en giraldas en las paredes, y yo que me sigo rascando.
Apenas cazamos el ultimo ferry de Chillón a Vevey. Un barco movido a aspas… re buena onda. Casi perdimos el barco entretenidos mirando navajas Swiss Army que se venden en todos los quioscos. En todas las esquinas. En todos lados. El swiss army knife con muñeca inflable, con presilladora, con USB… etc…

En el ferry el monito se deleita mirando la fascinación de la gente con el saludo desde el barco a todo aquel que queda en el muelle.
'Entiendo a los niñitos... pero que tal los cuarentones?' piensa el monito… pero quizás lo del monito sea envidia, pues tiene todas las cuatro extremidades primates ocupadas en rascarse las malditas pulgas, y el pobre no puede saludar!


A la noche, semi-catatónicos por los esfuerzos del día, decidimos no ir muy lejos y cenar en el hotel. Sentados en la explanada frente al lago, nos rodea un aire de película pre-nazi. Años treinta TO TAL . Ensalada de langosta para reponer energías. Cerveza y au-de-vie para aliviar los dolores del cuerpo.
Nos premiamos con varias ‘Calanda’, la cerveza oficial de la visita al Lago de Ginebra – Leman – Lausana…digo d’Ouchy..

El rosa del atardecer confunde agua con cielo y el lago de los cisnes, el verdadero, ocupa todos tu sentidos,… menos el del tacto que sigue rasca que te rasca!

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