Luego, saborear un Matte Leao, un té frío con un chorro de limonada, vendido por unos personajes que caminan la playa cargando unos barrilitos llenos del esencial liquido y gritando ‘Ma-chi, Maaaa Chiiiii’.
Hacia el fin de la mañana, un partidito de Frisco-ball -juego con raquetas y pelotita- el ejercicio perfecto para abrir el apetito.
A eso de las once y media volver al hotel, darse una duchita y ya limpios y cambiados salir para un almuerzo liviano seguido de la sagrada siesta, merecido reposo para los esfuerzos de la mañana.
Luego del sueño reparador viene la actividad fuerte. Un día ir al Cristo Redentor, otro a un festival de Yemanjá en Copacabana o sencillamente al shopping o de compras por la calle.
A la tarde vuelta a la playa, que se va llenando de gente. Ipanema IN CRE I BLE.
Los cariocas han enloquecido con los tatuajes. Han perdido el control. Los hombres lucen principalmente criaturas con alas y diseños celtas. Estos pueden ocupar un hombro o toda la espalda. Las mujeres prefieren tatuarse flores, especialmente rosas, que se dejan entrever emitiendo su perfume desde los rincones más insólitos de la minúscula bikini.
A la tarde en la playa, el tema es entrar al mar y esquivar las olas que suben altas y quiebran cerquísima de la arena. No queda claro si la gente es la que juega con el mar o son las olas del mar las que juegan con la gente.
La playa es nuestra oficina y el lugar donde recibir amigos. Entre paréntesis saludos de Marcelo que por supuesto lo vimos, aunque dudo que él lo recuerde pues estaba cubierto de caipirinha por dentro y por fuera.
A medida que se acerca el atardecer y el sol baja al encuentro del mar, cuando el Morro Dois Irmaos y más atrás el de la Gavea se encienden en tonos rojos, es hora de tomar unas Caipovodkas preparadas en una carpita de la playa. Luego el correspondiente ritual de aplaudir cuando el sol entra, y partir a cambiarse para la actividad nocturna en Ipanema, Copacabana o Lapa.
Eso si, de ida a la actividad nocturna una parada en un Boteco es de RI-GOR donde masticar algún ‘petisco’ engordante, beber un chopp helado y entregarse a una charla sin compromiso.
Podría vivir cien vidas esta vida todos los días y los que dicen que algún día te aburrís no tienen idea de lo que dicen!
La vista desde el Corcovado un espectáculo que nunca deja de asombrar. La belleza de Rio de Janeiro de São Sebastião, donde predomina el azul en cielo, en el mar, y hasta en el verde de la selva... sin mencionar en las sungas de Ipanema! Y hoy que el Cristo ha sido electo una de las siete maravillas del mundo moderno han instalado ascensor y escaleras mecánicas que te llevan hasta arribita... así que mamá, la próxima vez no tenés excusas.
También hay lo que parece ser una carroza, decorada con ramas verdes y flores blancas, y en el centro otra figura de Yemanja, esta con corona de estrellas de mar y vestido azul y plata. Luego entenderíamos que es una balsa.
Cuando llegamos a la playa, bajo una carpa conducen un ritual donde una tercera imagen de Yemanjá recibe un baño de champagne al som de los atabaques y al canto de ‘Ieee-manja! Ieee-manja! Ieee-manja!’’. Palomas blancas circulan entre la multitud, sujetas por los Pai de Santo, personajes vestidos de blanco ataviados a la africana. Y la gente a los miles, todos vestidos de blanco intentan tocar las palomas. Y los ojos de Kristaps han duplicado su diámetro.
Y le explico que lo que importa es que los Orixás estén en sus lugares sagrados para que puedan influenciar las almas y conducta de la gente, para el equilibrio cósmico. Pero no me escucha, está en transe, hipnotizado por lo que ve o siente. Y los ojos le siguen creciendo.
En la arena las ofrendas y regalos para la reina del mar y sus sirenas. Velas encendidas, dulces blancos, frutas, cigarros, cerveza y copas de cidra. Ante las instrucciones de una sacerdotisa las ofrendas son subidas a balsas que se adentran al mar con la multitud siguiendo entre las olas. Pescadores en sus botes acompañan la procesión de su santa matrona.
Volvemos al hotel en silencio, no sea que los comentarios quiebren la magia del momento.
Caminamos por Nossa Senhora de Copacabana en medio del caos típico del cobro del aguinaldo. La calle hierve de gente que viene y va y puestitos callejeros. En anticipación al año nuevo que se aproxima las vitrinas solo exhiben prendas blancas... y algunas amarillas.
Un único día no vamos a la playa y recorremos el centro.
Caminamos hasta el Paco Imperial, edificio que nunca deja de sorprenderme por su poca pompa y cruzamos la Travessa do Comercio. Continuamos hasta San Benito, la Iglesia de los esclavos y acabamos en la Confitería Colombo salida del túnel del tiempo. A GO TA DOS... pero felizes. (muy muy mucho!)
Actividades de la noche hubieron muchas, pero creo que la favorita fue la de Lapa, arriesgo a decir que casi mejor a la de año nuevo.
Esta vez, y con la intención de que Kristaps experimentara la mayor cantidad de medios de transporte fuimos en bus. Una experiencia totalmente montaña-rusesca. Eso si, te permite apreciar la arquitectura de cada barrio de Rio de Janeiro donde predomina la arquitectura Funcionalista. Como no la protegen más? Son kilómetros y kilómetros... la mayor concentración nunca vista de edificios de este estilo. Una muralla increíble, especialmente en Copacabana. Tan impresionado quedó Kristaps con el funcionalismo Carioca que al día siguiente me hizo volver al área circundante al Copacabana Plaza para peinar el barrio buscando edificios.
En fin, nos bajamos del bus mareados, y ante la divertida mirada del pueblo local. Fue la única vez en todo el viaje que vi a Kristaps empujar y saltar y asegurarse que se bajaba y solo le faltó besar la vereda. Cruzamos caminando por debajo de los Arcos de Lapa, que en realidad son el Acueducto Carioca, obra cúspide de la ingeniería del siglo XVII que surtió de agua las fuentes del Rio Colonial Portugués.
Lo que están haciendo para reganar Lapa como zona de farra es increíble. Hay lugares como Carioca da Gema ya iconográficos de la ciudad. Los edificios hermosos. El Art Noveau Brasilero refleja la mezcla de etnias de su población, incorpora elementos barrocos y tiene una exhuberancia de Carnaval.
Esta noche vamos a Estrela da Lapa, un local relativamente nuevo donde una banda lanza su ultimo disco. Súper fashion. Re buena onda. A hora dudosa, y en condiciones lamentables volvemos a cruzar bajo el acueducto en a dirección opuesta en medio de prostitutas y música en la calle. Todo el mundo intoxicantemente loco...
Viajar con Kristaps y explicarle el A-B-C de la cultura local es un descubrimiento para él, pero a veces para mí mismo. Él experimenta un viaje de características similares a Marco Polo en la China del siglo XIII. Todo le es extraño y exótico, hasta lo más simple! Y nos enfrascamos en discusiones interminables y ridículamente filosóficas... cada vez que no le gusta algo le recuerdo que al menos en parte Latinoamérica es lo que es, gracias o por culpa de los Europeos.
‘Imagináte si los Europeos llegaban a América Latina 500 años más tarde, o sea hoy, y no cuando llegaron. Hubieran encontrado otra cultura... rascacielos aztecas con tecnología Guarani? O pensemos como sería Europa hoy sin ese descubrimiento.
O si hubieran sido los Chinos y nos los Europeos quienes descubrían América’.
Y así las tardes pasan lenta pero inexorablemente!
Es como decir que durante las vacaciones pienso más, aunque hago menos... pero en la locura del ritmo laboral de allá no pienso mucho aunque hago más... será que refleja la diferencia cultural entre nosotros y los europeos?
Finalmente llega el tan anunciado 31 de Diciembre.
Se esperan 2 millones de personas en la playa. Desde temprano hay despliegue de los cinco mil policías que participan de la seguridad en Copacabana e Ipanema.
En Ipanema la fiesta de los DJs es desde las cuatro de la tarde. La gente enloquece y las Skol nos rodean estupidamente geladas! Las cervecitas dos reales cada una! Se nota la fuerza del real... que caro me resulta todo!
Esperando el Nuevo Año en Ipanema
Desde las seis de a tarde se interrumpe el acceso de vehículos a Copacabana.
En el mar de Copacabana ocho balsas enormes preparan los fuegos artificiales
Diez cruceros están aparcados frente a la playa. A medida que atardece sus luces brillan sobre la bahía cual carrozas de escola de samba. El ambiente es de carnaval.
Y los comentarios de la gente.
‘Cual será el crucero de Roberto Carlos?’ ‘Te imaginás la farra arriba?’ ‘Me encantaría hacer un crucero, con mi madre. El único problema es que ella odia el mar, pero si no le digo que estamos en el mar, en el crucero no se da cuenta. Que decís?’
La gente llega masivamente. El nivel de la animación sube y sube más. Todo el mundo de riguroso blanco Imperial. Las mujeres curten el año nuevo en tangas invisibles o escotes de vértigo total. La calle arde. El escenario principal donde producen la música lanza luces hacia todos lados. La medianoche llega demasiado muy pronto y el cielo ES TA LLA en colores... con un show de fuegos artificiales espectacular, uno de los Año Nuevos más alabados del planeta!