10 diciembre 2007

Practicando la carcajada macabra antes de abordar el tren fantasma!



Maravillas de Estación con Liliana y Kristaps.
El sábado a las cuatro de la tarde salimos a caminar en medio de un bello atardecer que rápidamente se convierte en noche invernal de frío siberiano.

‘Estamos en el Norte de Europa’ Nos recuerda Kristaps a cada rato, cual reloj Cu-cu.

No puede existir en la galaxia una ciudad tan preparada para las compras navideñas como Londres. Ni en la cúspide del consumismo norteamericano he visto algo similar.

En Carnaby Street guirnaldas descomunales en colores metálicos cuelgan de los edificios, cruzando la calle. Pinos crecen de las paredes y luces hacen que los colores de los edificios cambien cual arbolito poseído. La tienda Diesel ha sido totalmente pintada de rojo. La gente compra a los empujones, con apuro en la cara, como si no hubiera mañana!

Llegamos a Regent Street y la encontramos convertida en PE A TO NAL! Millones de humanos han salido a hacer sus compras. Santo Hormiguero Batman! Y las luces navideñas titilan en todos los escaparates. Rutilan en todas las paredes. Doblamos sobre Oxford Street, que también está peatonal... los semáforos continúan funcionando en las calles sin autos, sumándose a la burbuja intermitente. Y la gente carga paquetes y arrastra valijas con rueditas donde van metiendo las compras.

Una comunidad Hare Krishna pasa cantando su mantra, elevando nuestra conciencia al más superior estado y cubriéndonos con el amor puro de Dios, esgrimiendo panderetas y pidiéndote que te les unas. Turistas y locales, propios y ajenos, capturan el momento con cámaras, teléfonos y ipods y los flashes nos rodean: Son demasiadas luces para que tu cerebro las absorba.

Nadando en la marea humana llegamos a Jonh Lewis, donde nos encontramos la tienda cubierta de unos pinos de cinco pisos de altura hechos de luces azules diminutas. Múltiples maquinas de nieve te dan la ilusión que estás en medio de una blanca navidad. Una banda anima la función en la vereda produciendo clásicos del Fox Trot y la gente enloquece y baila, y compra que te compra como Juana la Cubana!

En South Molton street unos ángeles supernaturales en forma de gigantes esculturas de luces, anuncian a la humanidad que no dejes de comprar hoy lo que podrías comprar mañana! Hechos de miles de foquitos blancos, se yerguen a ambos lados de la peatonal cual estatuas egipcias en avenida de algún mausoleo.

El Underground no da abasto. En Bond Street han cerrado las rejas de acceso a la estación en un intento de administrar la cantidad de gente que quiere ingresar. Y la gente se amasa contra la puerta. Donde está el civismo británico y la ordenada cola? La gente furiosa... le sale espuma por la boca y quiere entrar a la estación a lo que de lugar! Esto de vivir conmutando en el transporte publico será la más alta expresión del desarrollo social e industrial, pero te acaba transformando en un animal!
En la esquina de Oxford y Duke algo BI ZA RRO. (Bizarrisimo!) Un grupo protesta en contra de los pesebre porque son sexistas! ‘Que porque el niño Dios es varón? Porque el papel no puede ser desempeñado por una niña...? Donde está la igualdad de oportunidades, y la diversidad...’ En fin, locura total, sobretodo que no he visto NINGUN pesebre en kilómetros a la redonda!

En las vidrieras de Selfridges la nieve que rodea a los desquiciados maniquíes es de plumas blancas y las vitrinas han enloquecido. Alucinante la muestra donde una manada de maniquíes todos femeninos rodean un Mini-Cooper en escenas orgiásticas, y cada centímetro de superficie está cubierto de lentejuelas.

Agotados de la masa humana, continuamos a Marble Arch, donde esperamos encontrar un mercado navideño en Hyde Park, para saciar el hambre y la sed.

En el Mercado Navideño Alemán. En el parque el frío es de pelar. Por supuesto el mercado es del otro lado del parque, a unos quinientos metros y toca cruzar a campo traviesa desde Marble Arch hasta Hyde park! Que mala puntería! Siempre salimos en el lado equivocado del parque, para cualquier evento... Y QUE FRIO!

Llegamos a la feria navideña tiritando. Caminando cual muñeco a cuerda. Hay una pérgola con un Santa Claus de carne y hueso y los niños se apuñalan por tener un minuto a solas con él. Una banda musicaliza la noche con lo que podrían ser villancicos, pero no se los aseguro. El frío no me deja escuchar.... Alrededor de la pérgola han construido una aldea de casita alpinas alemanas. Cada casita es un stand que ofrece diferentes golosinas.

Kristaps sale corriendo a hacer la cola del Glühwein, mientras Liliana va a la cola de la parrilla y yo a la de las salchichas.

Nos sumergimos en un Cabaret Culinario Germánico!
El Glühwein es vino tinto calentado con canela, clavo, almendras, pasas y azúcar. O así reza la receta en el stand. MA GIS TRAL.... Delicioso. ALUX-cinante!
Las salchichas alemanas GUE-ni-si-si-mas.
El brochet de pavo será muy navideño, pero demasiado saludable!
Kristaps se abalanzó sobre un menjunje de rebollo que definitivamente no es mi plato favorito de la noche... tuve que comerme unas papitas fritas para sacarme el sabor a rebollo.

Ya con el estomago lleno y calentitos del vino la vida te sonríe y las estrellas brillan calentándote. Luego de una segunda ronda de vino ya ni el viento sopla. Como dice el viejo refrán ‘No puede pensar bien, ni vivir bien, ni hacer el bien, quien no ha cenado bien’

Vamos a recorrer el resto de la feria y acabamos en la cola del tren fantasma. Yo no quería, que conste, pero me entero que la Unión Soviética no tuvo de estos lujos y Kristaps no sabe de que le hablamos. Lo hacemos por él! Con Lili le ayudamos a practicar risa macabra y gritos de horror antes de abordar. Nos meamos de risa.

Hay un tobogán gigante y un anillo de patinaje sobre hielo, pero las entradas están agotadas!

‘Por suerte’ dice Lili ‘A nuestra edad Ber, los huesos rotos tardan un montón en sanar!’

Y partimos esquivando un cardumen de agitados alemanes quienes portan sus propias botas de patinar sobre hielo. Vamos al abrigo del sofá de Banbury Court, a ver una peli.

No hay comentarios.: