Caminamos perdidos en el tiempo por una calle que se llama Chester Road donde, con vista al cementerio, están las más terroríficamente alucinantes casitas neo-góticas. Espiamos entre las rejas del cementerio buscado alguna señal del famosísimo vampiro de Highgate pero NA DA.
Escalamos la colina hasta Pond Square. La arquitectura Georgiana nos rodea, transportándonos a otra era. Hay hasta un ‘Highgate Society’, una organización cuyo objetivo es proteger el carácter de la localidad.
Del otro lado de la colina llegamos a Hampstead Heath, el más anciano de los parques de Londres. Lo cruzamos en medio de perros cubiertos de barro que ladran felices y cargan palos de aquí para allá y mueven la cola. Empieza a lloviznar. Digamos que es un chin más que llovizna, suficiente para accionar el barro casi de inmediato. El lodazal nos rodea. Laura lanza chirridos... Los árboles milenarios cubiertos de musgo verde no se inmutan. Llegamos a Kenwood house mojados y muertos de frío. Imagínense esos inocentes personajes que llegan a la mansión embrujada para pedir albergue de la tormenta. (bello el invierno en Londres?) Kenwood House es una residencia del siglo XVII, que habrán visto en la ultima escena de Nothing Hill, la peli.
Laura y el barro
Recorremos la casa. Tomamos una sopita de zapallo y naranja en el restaurante que está lleno. (No entiendo de donde salió esta manada de gente en medio de la tormenta) Al terminar el almuerzo ya no llueve. Repuestos, continuamos cruzando el verde inmenso del parque en zigzag. Interminable. Finalmente y con barro hasta la rodilla llegamos hasta los pies de Parliament Hill. Cuando iniciamos la subida para admirar la vista, nuevamente empieza a lloviznar.
Desde la cima en un día lindo de cielo despejado este es uno de los más bellos paisajes de Londres, sin embargo hoy NO!. Eventualmente llueve en serio.
Bajamos la colina en dirección a la civilización. Diluvia.. no se ve nada. La tormenta toma fuerza. Dos gaviotas parecen volar marcha atrás llevadas por el viento. Un perro con bozal en la boca y una campanita en su collar las persigue ladrando. Un rayo cae a metros de donde estamos con ruido de bombardeo aéreo o edificio en plena demolición. Una vieja que persigue al perro que persigue a las gaviotas emite un ‘Hay Dios mío’, en un idioma que no entendí y se sienta tambaleando bajo la lluvia. Estará sufriendo un infarto? El agua corre cual raudal y la campanita del can se escucha tras el ruido de la lluvia.
‘Are you all right?’ le pregunta un inglés súper inglés a la dama mientras Laura y yo corremos por nuestras vidas.
‘Bien, muy bien’ escucho que responde la anciana cuando en realidad quiere decir ‘Como el orto INFELIZ!’
Corremos bajo la lluvia, casi nadando. Ensopados, y con la esperanza de encontrar los botes salvavidas o que caigan máscaras de oxigeno de algún compartimiento superior, por accidente llegamos a una estación de Underground: Gospel Oak. (El Roble del Evangelio? Será una señal de intervención divina?) Totalmente desorientados. donde estaremos?. Bello el maldito invierno en Londres????.
Y partimos, MO JA DI SI MOS, rumbo al centro a hacer la cola para comprar entradas para ver Hamlet con Jude Law en agosto de 2009!!
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